Cada cuánto hay que cambiar las zapatillas de running
17 de marzo de 2021
Las zapatillas son una de las partes indispensables de cualquier corredor. Una gran motivación, un buen entrenamiento, unos objetivos razonables y una técnica espectacular se quedan en nada si no les acompañan unas buenas zapatillas de running.
Elegir el calzado adecuado para correr es una parte indispensable en nuestra práctica deportiva. Es recomendable acudir a tiendas especializadas y tener en cuenta factores como el tipo de terreno por el que corres o la forma en la que pisas al correr.
Pero tan importante como elegir unas buenas zapatillas, que se adapten a ti más que a tu gusto estético, es saber cuándo tirarlas a la basura.
Algunas señales de que deberías cambiar tus zapatillas
Hay un signo infalible para saber que tus zapatillas de running necesitan unas sustitutas: el estado de la suela.
La suela, al estar en contacto con el suelo y someterse de manera continua al roce, es la parte que más rápidamente se desgastará con el uso.
Si empiezas a notar que la suela de tus zapatillas se desgasta hasta perder la forma que tenía y comienza a borrarse el entramado, seguramente sea el momento de deshacerte de ellas.
Quizás el estado de la suela te parezca algo superficial, pero tiene más importancia de la que piensas.
Las suelas de tus zapatillas son las encargadas de la amortiguación, por lo que una suela en mal estado puede provocarte dolencias y hasta lesiones.
También es importante analizar tus sensaciones al correr: puede que aparentemente la suela de tus zapatillas se mantenga en un buen estado, pero debes hacer caso a tu intuición.
Si notas molestias al correr, si te sientes incómodo y llegas a sentir dolor, es hora de encontrar unas zapatillas que te protejan mejor.
El upper y el talón, también claves
Además de la suela, es importante revisar tanto el upper como el talón. Como se puede ver en el vídeo explicativo que adjuntamos en la cabecera, el upper puede que se deteriore rápidamente si entrenamos o competimos por zonas que sean proclives a provocar rozaduras.
Por ejemplo, las zapatilla de trail tienen reforzada la puntera, además de que la parte por encima de los dedos suele ser de una malla más resistente que zapatillas de terrenos más amigables. No obstante, si comienzas a ver rozaduras, puntos ya abiertos que permitan ver el calcetín, o zonas del termosellado despegadas, es momento de decir adiós y buscar nuevas.
El talón por la parte que más suele verse afectada es por la zona interior, donde las costuras se deshilachan por el roce y terminan rompiéndose.